En la mitología nórdica, Freyr es un Vanir y el dios masculino central de la fertilidad. Es hijo de Njord y hermano de la diosa Freya, pero su madre es desconocida. Su nombre significa «Señor» y puede escribirse de varias maneras, por ejemplo, Frey, Frej, Frø, Frö y Frøj.
Se le asocia con la lluvia, el sol, la cosecha y la prosperidad, vive en Alfheim, el hogar de los elfos de la luz, que le fue regalado, se dice que este reino es el más bello.
Freyr se asocia en particular con el culto al caballo, y en la saga de Hrafnkels, un Gothi, nombre con el que se designaba a alguien que ocupaba una posición de prominencia política y social en la Commonwealth islandesa, mató a un hombre por montar un caballo que había dedicado al dios.
Es el símbolo fálico que se asocia a Frey, lo que también pone de relieve su condición de dios de la fertilidad.
Cuando Freyr quiere viajar, cuenta con su jabalí de confianza, Gullinbursti, y un barco llamado Skidbladnir, que se puede plegar tan diminuto que cabe dentro de una bolsa.
Según la Saga Ynglinga del autor Snorri Sturluson, Freyr es el antepasado de los Ynglings bajo el nombre de Yngve-Frey. Los Ynglings son una dinastía de reyes suecos que vivieron en Uppsala. Una rama de este linaje familiar acabaría viajando a Noruega y convirtiéndose en reyes. Se especula que Halfdan el Negro (Halvdan Svarte) y Harald Fairhair (Harald Hårfager) son descendientes directos de los Ynglings.
El cronista medieval alemán Addam de Bremen describe en su crónica Gesta Hammaburgensis que los paganos del gran salón de Upsala adoraban a Freyr. Esto, combinado con el hecho de que en varias ocasiones se ha hecho referencia a él como el dios sueco del sacrificio (nórdico antiguo: blótgoð svía), no hace sino subrayar su importancia para los suecos.
También fue venerado en otras partes de Escandinavia, por ejemplo, en Dinamarca, la ciudad de Frøstrup lleva su nombre, y el 22 de abril de 2014 se encontró una figura que lo representaba a él o a Freyja en la ciudad de Revninge.
Hoy en día todavía hay muchas zonas alrededor del lago Mälaren, al sur de Uppsala, que llevan el nombre de Freyr, por ejemplo, Fröslunda y Frösvi.
Freyr y Gerd
Según la saga Skírnismál, Freyr subió en secreto las escaleras del trono de Odín, Hlidskjalf, y contempló los nueve reinos. Mientras miraba alcanzó a ver a una mujer, al verla pensó que era la mujer más hermosa que había visto nunca.
Se trataba de Gerd, la hija de los jötnar Gymir y Aurboda. Freyr no podía dejar de pensar en ella, se puso tan mal que no comía ni hablaba. Debido a esto, empezó a ponerse muy enfermo, lo que hizo que su padre Njord se enfadara y se preocupara por su hijo.
Tenía que saber qué estaba pasando, así que envió al sirviente Skirnir a ver cómo estaba su hijo, quien le informó de que estaba muy enamorado de la jötunn Gerd. El sirviente fue enviado a Jötunheim para que intentara traerla a Asgard.
Skirnir recibió la espada mágica de Freyr para protegerse, después de todo, iba a la tierra de los gigantes, y nunca se sabe cómo actuarán. Cuando llegó a la casa de Gymir le anunció la propuesta de matrimonio del padre de Freyr. Si ella aceptaba, entonces podría tener algunas de las manzanas de la juventud que él había traído como regalo, pero Gerd no quiso oírlo, y rechazó inmediatamente la oferta.
Skirnir empezó a ofrecerle más regalos intentando convencerla, incluso el anillo de Odín, Draupnir, pero a ella seguía sin importarle. Finalmente, se hartó y empezó a amenazarla con maldiciones, utilizando los secretos de las runas. Esto asustó tanto a Gerd que accedió a casarse con él, pero sólo con la condición de que tuviera que esperar nueve días, ésta era su forma de torturar los sentimientos de Freyr.
Freyr morirá sin su espada al lado en el Ragnarök a manos del jötunn de fuego Sutr, esto es algo que Odín ya sabe que ocurrirá, una Völva se lo contó en el poema Völuspá de las Eddas Poéticas.
Fuentes: