¿Se ha preguntado alguna vez por qué Islandia, con sus paisajes verdes y sus fuentes geotérmicas, se llama Islandia? Parece un poco extraño, ¿verdad? El nombre sugiere una tierra cubierta de hielo, lo que no es del todo cierto en el caso de esta isla del Atlántico Norte.
El nombre de Islandia ha desconcertado a muchos a lo largo de los años. A pesar de su gélido nombre, Islandia dista mucho de ser un páramo helado. De hecho, gran parte de su territorio es exuberante y verde, gracias a la actividad geotérmica y a un clima sorprendentemente suave, al menos en la costa. ¿Por qué se llama Islandia? La respuesta está en su historia, una historia de descubrimientos, nombres y un poco de marketing por parte de sus primeros colonos.
La historia comienza con el descubrimiento de la isla por exploradores nórdicos a finales del siglo IX. Según los textos históricos, el primer colono conocido fue un noruego llamado Flóki Vilgerðarson. Flóki viajó a la isla con la intención de establecer allí su hogar.
El viaje de Hrafna-Flóki estuvo marcado tanto por la tragedia como por el descubrimiento. Después de que su hija se ahogara cerca de las islas Shetland, continuó hasta las islas Feroe, donde utilizó cuervos para navegar hacia Islandia, lo que le valió el apodo de «Raven-Flóki».
Sin embargo, su estancia estuvo marcada por duros inviernos y, tras perder su ganado a causa del frío, subió a una montaña sólo para ver un fiordo lleno de icebergs. Desanimado, bautizó la tierra con el nombre de «Ísland», que se traduce como «Tierra de Hielo».
Este momento de frustración de Flóki ha dejado un legado duradero en el nombre de la isla. Flóki acabó regresando a Islandia, convirtiéndose en uno de sus colonos permanentes, lo que subraya la compleja relación que los primeros exploradores nórdicos mantuvieron con la isla.
Pero Flóki no fue el único que dejó su huella en la historia de Islandia. Antes que él, Naddoddur, un explorador vikingo, tropezó con la isla y la llamó «Snæland» (Tierra de Nieve) por la nieve que vio. Después de Flóki, la figura más notable en el poblamiento de Islandia fue Ingólfr Arnarson, tradicionalmente reconocido como el primer colono nórdico permanente en Islandia.
Alrededor del año 874 d.C., Ingólfr y su familia establecieron su hogar en lo que hoy es Reikiavik, la capital. A diferencia de Flóki, el asentamiento de Ingólfr prosperó, marcando el inicio del viaje de Islandia desde un agreste desierto a una próspera comunidad.
La colonización de Islandia no se produjo de forma aislada. Formaba parte de la Era Vikinga, un periodo de exploración y expansión escandinava. Los nórdicos, procedentes de las actuales Noruega, Dinamarca y Suecia, buscaban nuevas tierras que cultivar y colonizar.
La situación estratégica de Islandia en el Atlántico Norte la convirtió en un lugar atractivo para estos exploradores. La fértil tierra de la isla, sus amplios caladeros y sus recursos geotérmicos ofrecían mucho a estos primeros colonos, a pesar de su engañoso nombre.
La propiedad de Islandia ha sido un aspecto único de su historia. A diferencia de muchos otros países que han pasado por las manos de diversos imperios y reinos, Islandia se asentó esencialmente como un estado libre. El primer gobierno se estableció a través del Althing, una de las instituciones parlamentarias más antiguas del mundo, fundada alrededor del año 930 d.C.. Esta asamblea de caciques ayudó a gestionar los asuntos de la isla y mantuvo una relativa independencia durante siglos.
Sin embargo, la situación geopolítica de Islandia cambió con el paso de los años. En el siglo XIII, los conflictos internos debilitaron su independencia, lo que condujo al dominio de Noruega. Más tarde, en el siglo XIV, la Unión de Kalmar la puso bajo control danés, donde permaneció hasta el siglo XIX. A pesar de estos cambios de gobierno, el espíritu del pueblo islandés se mantuvo firme y, en 1944, se independizó de Dinamarca. A lo largo de todas estas transiciones, el nombre de Islandia permaneció, testimonio de su historia temprana y de la impresión inicial de Flóki.
Los antecedentes de quienes desempeñaron papeles importantes en los primeros tiempos de Islandia son variados. Flóki Vilgerðarson, a pesar de sus dificultades iniciales, es recordado por su espíritu pionero. Ingólfr Arnarson, con su exitoso asentamiento, simboliza el comienzo de la transformación de Islandia en una comunidad vibrante. Estas personas, junto con innumerables colonos anónimos, dieron forma a la Islandia actual.
Fuente: La narración sobre Hrafna-Flóki Vilgerðarson, que dio a Islandia el nombre de sus fiordos helados, se recoge en el Landnámabók. Este documento detalla la colonización nórdica de Islandia.