Ogier el Danés (Holger Danske, en danés) puede visitarse en el castillo de Kronborg, en Helsingør (Dinamarca). Está sentado en su silla en el sótano, donde duerme desde hace cientos de años. Holger Danske despertará cuando Dinamarca se vea amenazada; en ese momento, abrirá los ojos y la estatua se convertirá en carne y hueso.
Ogier el Danés se menciona por primera vez en el poema francés Canción de Roldán de 1060, y tuvo tanto éxito que Roldán y Olivier se convirtieron en nombres comunes en Francia. En este poema épico, Ogier era uno de los famosos caballeros de Carlomagno (danés: Karl den store), conocido con el nombre de Oger le Danois.
En la segunda parte, se le asigna la vanguardia y comanda el ejército bávaro en la batalla contra Baligant (El Emir de Babilonia «El Cairo, no la Babilonia mesopotámica»).
Otras historias dignas de mención sobre Ogier el Danés, Chevalerie Ogier (Francia: La Chevalerie Ogier de Danemarche), Roman d’Ogier, y la historia de Oddgeir danski (nórdico antiguo: Oddgeirs þáttr danska).
Ogier era un héroe tan popular que en la pequeña ciudad de Skævninge (Dinamarca) se le representó en un mural del siglo XVI en la iglesia local.
Según las visitas guiadas al castillo de Kronborg, la leyenda cuenta que Holger Danske vino andando desde Francia, una vez terminadas las batallas, y se sentó en su actual emplazamiento. Lleva tanto tiempo durmiendo aquí que le ha crecido la barba hasta el suelo.
En 1907, el Hotel Marienlyst de Helsingør encargó una estatua de Holger Danske al talentoso escultor Hans Peder Pedersen-Dan. La estatua se hizo en bronce y estuvo colocada en el exterior del hotel hasta 2013, cuando se vendió y luego se trasladó a Skjern.
Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando Dinamarca estaba ocupada por los alemanes, un grupo de daneses patriotas bautizó a su grupo de resistencia con el nombre de Holger Danske.