En tiempos prehistóricos, una vaca gigante llamada Audhumbla (en nórdico antiguo: Auðumbla) vivía en una zona que sólo estaba formada por nieve y hielo. Este lugar se llamaba Niflheim, y fue uno de los dos primeros reinos que se crearon a partir de Ginnungagap.
Era un lugar extremadamente frío, nada podía crecer aquí, ni árboles, ni plantas, ni siquiera un trozo de musgo o hierba, sólo nieve y hielo hasta donde alcanzaba la vista.
Audhumbla tenía hambre, así que empezó a lamer las rocas de limo salado. El hielo se derritió y debió de ayudarla a calmar el hambre, porque siguió comiéndolo.
Cerca de allí, otra criatura primigenia cobró vida, era Ymir, creado a partir del veneno que goteaba de los ríos helados Élivágar.

A diferencia de la tierra circundante, que era completamente estéril en cuanto a alimentos, la vaca gigante estaba llena de alimento. Cada día, Ymir bebía de los ríos de leche que se creaban de las ubres de Audhumbla. La leche caliente y deliciosa calentaba su cuerpo, y poco a poco empezó a ganar fuerza.
El nombre Audhumbla significa la vaca rica en leche, la vaca sin maíz.
Como aún no existía el concepto de tiempo, nadie sabe cuánto tiempo estuvo la vaca lamiendo las mismas rocas de limo salado, pero los rumores dicen que fueron tres días. El primer día apareció un poco de pelo, luego la cabeza, y al tercer día un nuevo ser quedó completamente al descubierto. Se trataba de Búri, el antepasado de Odín y de todos los Aesir.
Fuentes: